Explorar el concepto de vivienda hasta sus límites, mediante la creación de tres grandes piezas cúbicas, opacas y dinámicas, que buscan una expresión escultórica en un terreno determinado. Se busca la interacción entre el vacío y la solidez, así como la flexibilización de los espacios libres para esculpir el volumen. Los cubos, al estar girados entre sí en planta, generan ampliaciones y estrechamientos en el espacio exterior. El diseño incluye inclinaciones y giros en los cuerpos, con el objetivo de crear sensaciones escultóricas y escalar el espacio tridimensional en relación con su entorno. El interior refleja el exterior, con paredes y techos inclinados que capturan la luz y reflejan el agua de la piscina, generando efectos visuales cambiantes a lo largo del día. La piscina no solo sirve como elemento de recreación, sino que también conecta los espacios, ilumina el área de estar y la entrada principal. Su reflejo en la fachada oeste actúa como un radiador natural, refrescando el edificio en las horas de calor. El color blanco de la fachada, junto con la ausencia de elementos decorativos superfluos, rinde homenaje a la arquitectura tradicional andaluza, caracterizada por fachadas blancas que contrastan con el cielo azul y la luz del sol.